Arte mesolítico
El Mesolítico es un período de la Prehistoria situado entre el Paleolítico y el Neolítico. Abarca todas las manifestaciones culturales que se desarrollaron desde finales del Paleolítico Superior hasta el Neolítico. Su nombre significa Edad Media de la Piedra, al contrario que el Paleolítico que significa Edad Antigua de la Piedra y que el Neolítico, Edad Moderna de la Piedra.
Es una época marcada por los profundos cambios climáticos que se producen a partir del 10000 a. C., que suponen una mejora de la temperatura, entre templada y cálida, y un mayor grado de humedad. Esto determina que las condiciones de vida mejoren y que el hombre tienda a abandonar poco a poco las cuevas para vivir al aire libre o junto a abrigos rocosos. La caza sigue siendo importante en su alimentación, pero con el crecimiento de las zonas boscosas se producirá un incremento de los productos vegetales.
Las representaciones artísticas mesolíticas o epipaleolíticas son escasas, se limitan prácticamente al arte mueble. Se caracteriza por ser un arte conceptual y racionalista, basado en lo geométrico y abstracto. En la península Ibérica lo encontramos en tres regiones o áreas, la Cornisa Cantábrica, el litoral mediterráneo y la fachada atlántica. En la Cornisa Cantábrica destaca el Aziliense, que es una cultura sucesora del Magdaleniense. Sigue utilizando las cuevas, que es donde aparecen restos muebles y rupestres que presentan profundas diferencias con los del arte Paleolítico.
Su nombre proviene de la cueva de Mas d´Azil, en el sur de Francia, en la que se han encontrado guijarros pintados en rojo con figuras de carácter geométrico y posiblemente esquemático: puntos, cuadros, rectángulos, cruces, franjas, etc. Suponen un cambio conceptual muy significativo respecto al arte paleolítico. En la cueva de Pindal apareció un guijarro con una franja roja pintada alrededor de la parte central, cuyo antecedente es la cueva de Mas d´Azil. Otros hallazgos de la región cantábrica son los encontrados en La Riera, Balmori, en la Cueva del Valle o en la cueva de Los Azules. Esta última ha proporcionado cantos rotos con series de puntos junto a un enterramiento. La tendencia a la abstracción geometrizante también se da en el área mediterránea en una serie de plaquitas pétreas con dibujos rectilíneos y geométricos. En la cueva de La Cocina (Valencia) se han recogido varias placas de caliza grabadas con líneas paralelas dispuestas a los lados de un eje. También se han encontrado placas con haces lineales en la cueva de Les Rates Penaes (Valencia) y en la cueva del Filador (Tarragona). En S. Gregori de Falset (Tarragona) se ha hallado una plaquita de piedra en la que aparece grabada una cierva.
Uno de los principales problemas del llamado arte rupestre levantino es el de la datación. Se extiende desde Huesca a las provincias de Albacete, norte de Granada y Murcia, aunque se manifiesta con mayor intensidad en Teruel, Castellón, Valencia, Albacete y Murcia.
No tenemos un conocimiento exacto de su cronología. Se han barajado diferentes hipótesis, las que definen un origen y desarrollo paleolítico, las que consideran sus orígenes como epipaleolíticos o mesolíticos y las que lo distinguen como Neolítico o posterior. No obstante, según indican los estudios más recientes, se le ha atribuido un origen epipaleolítico.
Su temática se centra en la figura humana y en la representación de animales. El hombre se convierte en protagonista de multitud de escenas de caza, de guerra, de danza o de actividades de recolección. Se preocupan por captar el movimiento, reduciendo la representación a las líneas esenciales y eliminando los detalles. No existe una intención realista, los cuerpos humanos y animales se exageran estirando o adelgazando sus extremidades o su cintura creándose formas irreales que muestran su interés por captar lo vital e instantáneo. Son escenas de gran dinamismo.
Se han descubierto restos epipaleolíticos en las pinturas lineales y geométricas de las cuevas de la Sarga (Alcoy, Alicante), Cantos de la Visera (Yecla, Murcia) y la Araña (Bicorp, Valencia), que ofrecen una temática en zigzags y líneas onduladas. En la cueva de La Cocina también se encontraron restos de de dibujos de tipo lineal y abstractos pintados en rojo.
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